Escritos de Arasmil Un Ángel Herido

domingo, diciembre 31, 2006

Decepción II

A mi debilidad.
¿Dejaré de amarte?

Me propuse sacar de mi
a aquél a quién quería
y me hacía daño.

Abrí la puerta.
No con la intención
de alejarlo del todo.
Eso sería utópico
o me haría mas daño.

Solo quería enseñarle otro huerto,
donde cultive el "amor bonito".
El "amor chiquito" de aquellos niños.

El ayer que hoy necesito.

Todo lo logré.
Todo.
Y todo me fue mal.

Él está ahora en mis recuerdos.
Lo amo en mis recuerdos.
Así esta bien.

Pero olvidé cerrar la puerta
y trancarla con dureza.
Olvidé que un intruso podía entrar
y hacer lo que quisiera.

Mi debilidad es inmensa.

Ya no tengo fuerzas.

Aún no consigo hallarme completa.
Y mi alma, aún incompleta,
busca el trozo de vida
que él guardó celoso en su pecho.

Y clausuré la puerta.
Sí, con el intruso dentro,
sin darme cuenta.

¿Qué hacer ahora?
¿Qué puedo hacer?
Te tienes que ir, eso lo sé.
Pero como sacarte de aquí,
-de mí-.

Mi debilidad es inmensa.

Y crece.
Crece con esta nueva decepción.
Pensé que era él.
Él, que me esperaba.
Él, a quién esperaba
-y ya amaba-.

Cuando te ví, en la oscuridad,
pensé que eras él.
Pero a la luz,
el dolor que me causó tu amor
me ha demostrado mi gran error.

¿Qué hacer ahora
que duele esta nueva decepción,
tanto, o quizá más, que la primera?

¿Qué puedo hacer
si mi debilidad es, ahora, más inmensa?

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