Conversación
Siannah: ¿Qué ocurre tesoro?
Arasmil: Siannah, te extraño demasiado. Me haces mucha falta... mucha, mucha.
Siannah: ¡Ay amor! Te abrazo y no te suelto. Amor, es duro, pero mientras más me extrañes más feliz serás cuando estemos definitivamente juntos. ¡Te amo Arasmil! ¡Te abrazo! ¡Te beso! Sabes, estaba leyendo sobre la Atlántida, amor bendito.
Arasmil: Mi pasatiempo a los trece años era averiguarme todo sobre la Atlántida. ¡Cuanto más sabía más quería saber! Ahora tengo sueños raros porque mi alma recuerda mis vidas pasadas. Estoy en ese periodo...
Siannah: Entiendo mi amor. Me gustaria saber mucho más sobre todo lo referente a nuestra unidad y vidas pasadas. En realidad tengo mil y una preguntas que hacerte mi vida. Quisiera volver a descubrirlo todo cogido de tu mano, mi amor.
Arasmil: Amor, yo tengo tanto que contarte que odio que estés lejos porque pasan los días y no puedo compartirlos contigo como es mi deseo.
Siannah: Eso siento yo también amor. Oh, Arasmil... ¡cuánto necesito estar a tu lado! Ojalá pudieramos estar juntos al menos en sueños...
Arasmil: ¡Para recordar que te tuve a mi lado y que fui tu mujer, que me amaste y cuidaste tanto, que sentí a tu lado tanta paz y felicidad que siento que todo así ocurrirá de nuevo!
Siannah: Arasmil, estar a tu lado es lo mejor que he vivido. Y sin miedo a equivocarme te aseguro que es lo mejor que uno puede vivir. Estar a tu lado era maravilloso. Desde el primer momento sentí hallar la paz contigo. Me sentía, simplemente, a gusto a tu lado. Tranquilo, sin miedos, libre... Como si nos conociéramos desde hace un millón de años. Estar a tu lado y sentir tu amor... ser tu hombre, ser tu amigo. Ser tu midad. Sentirte. ¡Amor mío! ¡Cuán maravilloso fue tenernos! ¡Cuánto deseo que nos compartamos!
Arasmil: Sonrío mucho porque lo mismo siento mi bebé. Te amo con toda mi alma.